Portal y vestíbulo interior
Además del aparcamiento subterráneo deberían estudiarse más a fondo otras zonas del interior de los edificios que frecuentemente son escenario de asaltos nocturnos. Nos referimos a los portales y los vestíbulos interiores. Indudablemente, hay que tener cierto arrojo para cometer actos delictivos en espacios cerrados, pero aquellos que han de conseguir dinero, lo tienen y utilizan todo su inge nio para conseguirlo.
Los delincuentes cuentan con varias posibilidades para entrar en un edificio. Podemos haber dejado el portal abierto, pero también utilizan ganzúas y llaves maestras. A veces, se introducen cuando entra algún inquilino deseán dole, incluso, buenas noches. Se esconden en cualquier recoveco o rincón oscuro y allí esperan a que entre o salga su posible víctima.
La distribución de los portales debería ser lo más diáfana posible, permitiendo la mayor y mejor visualización desde cualquier ángulo.
Hay que procurar, además, que las luces de encendido noc turno sean lo más potentes posibles, sobre todo en las zonas menos diáfanas que es donde se puede esconder un malhechor. Procurar que el encendido general se pueda hacer desde la salida del piso.
Al entrar desde la calle encender las luces y esperar algu nos segundos para poder observar si se ha movido algo, una sombra, etc. Ante la más mínima duda, no entrar. Buscar ayuda de la policía o de vigilantes nocturnos.
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