lunes, 2 de noviembre de 2009

EL BARRIO Y SU ENTORNO

La forma de vida que deseamos para nosotros y nuestras familias, y el habitat acorde con nuestro «status» y aspira ciones sociales, parecen factores que pesan con fuerza a la hora de elegir un barrio o entorno donde vivir, claro está, dentro del límite impuesto por nuestras posibilidades eco nómicas. Así también, al realizar la búsqueda de nuestro futuro domicilio, solemos coordinar los aspectos indicados con el de si la zona es más o menos céntrica, esto es, más en el interior de la ciudad o por el contrario más en sus alrededores, donde podremos disfrutar de más jardines o zonas de esparcimiento.
En resumen, cuando consideramos la situación de nuestra vivienda, la circunscribimos a los siguientes factores;
— Situación.
— Nivel profesional y social de sus habitantes.
— Zona céntrica (generalmente, más comercial).
— Periferia (mayor independencia).
— Servicios e instalaciones comerciales.
— Zonas ajardinadas o deportivas.
—- Costo de la vivienda en sí y de su infraestructura.
Sin embargo, a pesar del peculiar momento actual, en lo que concierne al elevado índice de delincuencia, rara vez consideramos las características o condiciones de seguridad favorables o no, que nos ofrece la situación de nuestra futura vivienda.
Cierto es que al escoger una casa nos justificamos pen sando que los problemas que causa la delincuencia no son inherentes a una zona o a un barrio concreto, sino que, por desgracia, se dan en todas partes, por lo que tiene el mismo riesgo vivir en el centro de la ciudad, expuestos a la delincuencia callejera, que en las afueras, donde el malhe chor encuentra otras posibilidades de actuación. La delincuencia tiene tal variedad, alternativas y posibili dades, que, vayamos donde vayamos, habremos de pade cerla bajo una u otra de sus formas.
Lo más aconsejable, por lo tanto, es buscar el lugar o zona más acorde con nuestro nivel profesional y social. A veces, ello nos obligará a realizar una inversión económica mayor, pero de esta manera no seremos «distintos» en el conjunto del vecindario, es decir, no llamaremos la aten ción de los delincuentes y de este modo, las posibilidades de ser o no blanco de ellos serán menores o, al menos, serán las mismas que las de los demás habitantes de la zona. Se destaca tanto por vivir en una zona de nivel económico y social inferior al nuestro, como por hacerlo en una de nivel superior. El delincuente se dará cuenta inmediata mente de tal circunstancia, pues una de sus principales actividades es observar, fijarse y analizar las posibilidades que se le ofrecen.

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