lunes, 2 de noviembre de 2009

EL BARRIO Y SU ENTORNO

La forma de vida que deseamos para nosotros y nuestras familias, y el habitat acorde con nuestro «status» y aspira ciones sociales, parecen factores que pesan con fuerza a la hora de elegir un barrio o entorno donde vivir, claro está, dentro del límite impuesto por nuestras posibilidades eco nómicas. Así también, al realizar la búsqueda de nuestro futuro domicilio, solemos coordinar los aspectos indicados con el de si la zona es más o menos céntrica, esto es, más en el interior de la ciudad o por el contrario más en sus alrededores, donde podremos disfrutar de más jardines o zonas de esparcimiento.
En resumen, cuando consideramos la situación de nuestra vivienda, la circunscribimos a los siguientes factores;
— Situación.
— Nivel profesional y social de sus habitantes.
— Zona céntrica (generalmente, más comercial).
— Periferia (mayor independencia).
— Servicios e instalaciones comerciales.
— Zonas ajardinadas o deportivas.
—- Costo de la vivienda en sí y de su infraestructura.
Sin embargo, a pesar del peculiar momento actual, en lo que concierne al elevado índice de delincuencia, rara vez consideramos las características o condiciones de seguridad favorables o no, que nos ofrece la situación de nuestra futura vivienda.
Cierto es que al escoger una casa nos justificamos pen sando que los problemas que causa la delincuencia no son inherentes a una zona o a un barrio concreto, sino que, por desgracia, se dan en todas partes, por lo que tiene el mismo riesgo vivir en el centro de la ciudad, expuestos a la delincuencia callejera, que en las afueras, donde el malhe chor encuentra otras posibilidades de actuación. La delincuencia tiene tal variedad, alternativas y posibili dades, que, vayamos donde vayamos, habremos de pade cerla bajo una u otra de sus formas.
Lo más aconsejable, por lo tanto, es buscar el lugar o zona más acorde con nuestro nivel profesional y social. A veces, ello nos obligará a realizar una inversión económica mayor, pero de esta manera no seremos «distintos» en el conjunto del vecindario, es decir, no llamaremos la aten ción de los delincuentes y de este modo, las posibilidades de ser o no blanco de ellos serán menores o, al menos, serán las mismas que las de los demás habitantes de la zona. Se destaca tanto por vivir en una zona de nivel económico y social inferior al nuestro, como por hacerlo en una de nivel superior. El delincuente se dará cuenta inmediata mente de tal circunstancia, pues una de sus principales actividades es observar, fijarse y analizar las posibilidades que se le ofrecen.

PISOS - APARTAMENTOS

El estudio de las medidas de seguridad a tomar y su poste rior puesta en marcha, es más fácil en un edificio de pisos o apartamentos. Todas estas cuestiones se llevan de forma comunitaria, y es raro que en una comunidad de vecinos, sobre todo profesionales, no encontremos personas que tengan conocimientos sobre:
— Construcción.
— Ingeniería.
— Instalaciones.
— Derecho.
— Administración.
— Comercio, etc.
Aplicando al bienestar de la comunidad todos estos cono cimientos junto al sentido común general, la resultante lógica, sin que para ello haya que hacer grandes esfuerzos, será la obtención de unas condiciones más estables de seguridad ciudadana.
Aunque este planteamiento sea lógico, cae en un error conocido por todos. Sabemos que, en una comunidad de vecinos, propietarios o arrendatarios, raramente colaboran más de un 20 ó 25 por ciento de los mismos en la resolu ción de los problemas comunes. Siempre existe alguien a quien hay que darle todo hecho, aunque normalmente esta posición egoísta sólo conduce a que ante un problema pri vado no se obtenga el suficiente apoyo. ¿Quién no se ha marchado de vacaciones dejando a un vecino encargado de la vigilancia y cuidado de su vivienda? Es una medida más que aconsejable. La actuación del amigo o del vecino no se limita a prever, sino que también actúa frente a situaciones que pueden ir desde una avería técnica de las instalaciones, hasta si oye ruidos sospecho sos, en cuyo caso avisará al portero o bien a la policía, si cree que es necesario.
Ahora bien, en este tipo de inmuebles, es inevitable la existencia de comercios (bancos, supermercados, bares, «pub», etc.), los cuales atraen especialmente a la delin cuencia, tanto callejera como domiciliaria. Hay que tener muy en cuenta, sobre todo en los pisos bajos, si la vivienda es medianera lateral o superior con alguno de estos locales comerciales. Se pueden sufrir daños importantes por causas indirectas, al realizarse un atraco a estos establecimientos desde una de nuestras medianerías que, normalmente, no dispondrán de los medios físicos o electrónicos que cualquiera de estos locales lógicamente tendrán.
En consecuencia, será una decisión inteligente no elegir una vivienda medianera con este tipo de locales, o en caso de necesidad, a la hora de decidir la protección de nuestra vivienda, tenerlo muy en cuenta.

VIVIENDAS UNIFAMILLARES ADOSADAS

Con esta modalidad de vivienda, el planteamiento cambia notablemente. Es obvio señalar que este sistema suma las ventajas y posibilidades que ofrecen las viviendas en pisos o apartamentos y las del chalet como vivienda individuali zada, de la que haremos comentarios en el apartado si guiente. No obstante, pese a sus ventajas, exigen una aten ción más específica para solucionar sus problemas. En un edificio de viviendas hay un equipo de personas que «lo resuelven todo». No hay más que plantear cualquier problema al administrador para que éste se lo comunique a la Junta de Vecinos, que tras estudiar el caso y ver las posibilidades de viabilidad, así como las alternativas eco nómicas, lo resolverán.
En un conjunto de viviendas unifamiliares adosadas, se combina la vecindad horizontal con la independencia superior e inferior, con lo cual los problemas de cada vecino son mucho más individuales, requiriendo, por lo tanto, una solución también individual. Esto no quiere decir que no se pueda contar con la ayuda de los vecinos. Es más, diríamos que ocurre algo parecido a lo que sucede en los «campings», donde los residentes más inexpertos o con menos facultades, siempre encuentran la ayuda suficiente para instalarse y solucionar cualquier pro blema o contratiempo que se les plantee sin que ello altere después su vida privada o su deseo de independencia. En los grandes edificios de pisos es frecuente que muchos vecinos no se conozcan. Esto no ocurre en urbanizaciones o núcleos de viviendas adosadas.
Este tipo de viviendas ofrece grandes ventajas a los ladro nes, tanto a los ocasionales como a los especializados y organizados. Los primeros son los que tienen más posibi lidades, pues tras decidirse por una de las viviendas y encontrar dificultades, antes de perdertiempo buscando el modo de entrar, se dirigirán a otra, la contigua, si es más vulnerable.

CHALETS

Sin duda alguna, el llegar a vivir en un chalet es, o al menos lo ha sido hasta ahora, una meta soñada por todos, como reflejo de un elevado «status» social y un óptimo nivel de vida. Salvo en ciertos países, cuya escasa densidad demográfica u otros factores han favorecido el desarrollo de este tipo de viviendas, la evolución socio-económica ha conducido a los miembros de las clases más acomodadas a fijar su objetivo en vivir en chalets, situados en zonas más o menos residenciales.
Es indudable que la independencia es casi absoluta, pero en materia de seguridad, requiere mayores y mejores instala ciones y también supone una mayor dedicación personal, bien de los propietarios o inquilinos, o bien de personal contratada para tal fin.
Hay que resolver los problemas que surgen, hay que ocu parse de que todo funcione, y, lógicamente, las inquietudes y molestias se multiplican. En este sistema de vida, no suele haber ni porteros ni vigilantes. No hay vecinos cer canos que puedan escuchar una llamada de auxilio y acudir a prestar la ayuda necesaria. Estos inconvenientes hay que suplirlos con medios físicos y electrónicos, que requieren ser conectados y desconectados, mantenidos, vigilados, y por encima de todo, controlados.
No debe pensarse que desaconsejamos este tipo de vivienda, naturalmente que no, pero sí creemos que, en lo concerniente a la seguridad, tiene más y mayores proble mas y que éstos exigen alternativas más técnicas y sofisti cadas. Generalmente, lo menos problemático es tener los medios económicos para instalarlas. Lo que sí es difícil es la vigilancia y control de éstas.
Es muy frecuente que al acudir a una llamada que solicita la reparación del sistema de seguridad de un chalet, el opera rio especializado compruebe que la avería no existe y que lo que sucede es que no se ha realizado bien una conexión o desconexión, o no se ha verificado su activación de manera correcta, o no se ha comprobado el sistema de alimentación. Esto es casi peor que no contar con estos medios de protección, pues se está confiando en un sistema que no funciona.
Los descuidos de este tipo, suponen una gran ventaja para los ladrones o malhechores organizados y con suficientes conocimientos técnicos especializados, ya que aunque conocen la existencia de los sistemas de protección, cuen tan con estos errores y lo único que tienen que hacer es asegurarse de que no haya nadie en el interior del chalet. El estudio de esa posibilidad les resulta bastante fácil.

EL VECINDARIO

Hay que tener muy en cuenta el vecindario en que vamos a vivir y con el que vamos a convivir. Es necesario que vayamos adquiriendo un sexto sentido que capte y analice los detalles que de por sí no dicen nada, pero que, sin embargo, observados en conjunto, pueden darnos un dato importante más, a la hora de elegir nuestra vivienda. Por ejemplo, escoger un barrio con vecindario variado en el que pueda confundirse tanto la clase social como la económica de sus habitantes, que es lo que suele atraer a los delincuentes, será una buena elección.
Asimismo, escoger los barrios o zonas en los que no proliferen los comercios atrayentes (joyerías, farmacias, bancos, supermercados, etc.), constituirá también una buena elec ción, ya que tienen menor índice delictivo. Si además hay una Comisaría de Policía cerca, o algún centro oficial, embajada, etc., tendremos un elevado por centaje de seguridad, dado que estos lugares están vigila dos día y noche y los malhechores no intentarán meterse en la «boca del lobo».
Finalmente y antes de entrar en detalles precisos, es fun damental dar a conocer, para evitarlos, los medios de que se sirven los atracadores para saber dónde y cómo pueden obtener su botín con el menor riesgo.

Nocturnidad

Por las denuncias y los estudios realizados por la Policía de casi todo el mundo, se sabe con absoluta certeza que el 70 ó 75 por ciento de los robos en domicilios se cometen por la noche. Cuando entremos en detalle, daremos los consejos más elementales para evitarlos. Inicialmente diremos algo ya sabido, pero que no se lleva a la práctica.
Hay que dejar las luces encendidas. No hace falta que sean muchas, pero sí que estén reparti das por la casa. Es el elemento más disuasorio, y por lo tanto el más efectivo de los conocidos. Deben dejarse encendidas sistemáticamente, no siempre en el mismo lugar. Hay que dar la impresión de estar en casa.

Ausencias

Cuando, por la razón que sea, nos ausentamos del domici lio, ofrecemos al intruso numerosas evidencias de ello.
Prácticamente se lo decimos. Hay quien hasta deja notas en las puertas para que los diversos repartidores no les sigan dejando pan, leche, periódicos, etc. Más del 90 por ciento de los robos tienen lugar en ausencia de los habitantes de la casa y cerca del 30 por ciento cuando dicha ausencia es por escasos días.
Cuando una familia se va de vacaciones va informando de ello días antes a sus proveedores, pero cuando se va por pocos días, un puente o un fin de semana, no les suelen prevenir. Los ladrones están siempre pendientes y si observan que no hay artículos en la puerta dudarán de si la vivienda está habitada o no, pero si ven dos o tres periódicos, una barra de pan dura, varias botellas de leche, pensa rán con toda lógica que no hay nadie. Si además en sus observaciones desde el exterior ven la casa cerrada «a cal y canto», obtienen una mayor confirmación. Si en los buzo nes del correo advierten cartas acumuladas, ya no tendrán ninguna duda. Cualquiera de estos datos por sí solo puede ser suficiente.

El vecino

Desde el principio del mundo todos los seres humanos nos hemos agrupado con, entre otras, la sana intención de obtener ayuda. Ahora bien, para recibirla es preciso tam bién darla.
Para ser buenos vecinos no basta con que nos invitemos frecuentemente a cenas, reuniones y otros divertimentos. Es, a nuestro juicio, mucho más importante que el vecin dario se apoye entre sí, sin inventariar ni cuantificar las ocasiones.
Cierto es que cada cual tiene sus dotes y habilidades parti culares que le dan prestigio y consideración ante los demás, pero cara a los temas de seguridad que estamos exponiendo, todos podemos ayudar y ser ayudados.
Cuando nos ausentemos de casa, pidamos a nuestro vecino que haga por nosotros lo que deseará que hagamos por él, de manera que al protegernos se verá protegido, a su vez, cuando lo necesite, como, por ejemplo:
— Deberá recoger el pan y la leche como si fueran para él. El pan lo puede utilizar y la leche la puede guardar para cuando volvamos.
— Casi todos los días deberá entrar en nuestra casa y aprovechando para ventilar, abrirá las ventanas y subirá las persianas durante un rato que puede aprove char regando las plantas.
— Encenderá alguna luz.
— Recoger el correo del buzón y guardarlo en su casa.
— Puede también repartir su basura en dos bolsas y colo carlas en los dos lugares habituales.
Con todas estas pequeñas precauciones además de evitar en un 70 por ciento que sean desvalijados nuestros domici lios, nos protegerá indirectamente de otras desgracias o accidentes domésticos al darse cuenta a tiempo de cual quier avería que se produzca.

CARACTERISTICAS DE LOS ACCESOS Y AREAS CIRCUNDANTES A UNA VIVIENDA

Zonas exteriores
Las características de las zonas urbanas que rodean al inmueble son muy importantes, pues su trazado, lógicamente, ha de estar pensado teniendo en cuenta al peatón, y
no únicamente la estética del paisaje o entorno.
Las soluciones urbanísticas son muy variadas, pero no
vamos a entrar en detalles, pues no es el asunto que nos
ocupa.
Hay que señalar, sin embargo, que los factores a considerar cambiarán en cuanto a si la vivienda tiene o no aparca miento subterráneo para sus vecinos. Incluso en ese caso, es conveniente pensar que de la.vivienda entrarán y sal drán visitantes que habitualmente serán acompañados por los habitantes del inmueble y que por lo tanto estarán expuestos a los problemas de seguridad que plantean los exteriores.
Por otro lado, también han de tenerse en cuenta las dos variantes de acceso al edificio, peatonalmente o con ve hículo.
Más adelante trataremos algunos aspectos concretos sobre el acceso con vehículos, por lo que ahora daremos algunos consejos prácticos para el acceso de peatones. Normalmente, las personas que más utilizan las zonas peatonales del exterior de un inmueble son las amas de casa, los niños y las personas de la tercera edad No es frecuente, aunque se dan bastantes casos, sobre todo en invierno, que se cometan actos delictivos en los accesos a las viviendas a la luz del día.
Tanto en un chalet como en una vivienda unifamiliar ado sada es inevitable que el peatón atraviese zonas ajardina das y despejadas o con poca circulación, por lo que el riesgo es grande y muy difícil de evitar. Por nuestra parte, sugerimos:
— En primer lugar, conviene ir siempre acompañado, tanto al salir como al entrar. La compañía de un buen perro es muy útil.
— Procurar circular siempre por las zonas más iluminadas (de noche) y despejadas.
— Tomar precauciones ante la presencia de dos o más jóvenes, sin olvidar que uno solo o incluso una mujer, pueden ser igualmente peligrosos. Ante la más leve sospe cha de peligro no dudar en cobijarse en otra vivienda, la más próxima.
— Las mujeres especialmente, deben evitar ir solas. Son las personas más vulnerables ante el ataque de un violador. Está recomendación incluye también a las niñas o jovenci-tas de cualquier edad.
Aunque és cierto que la mujer posee un sexto sentido que la permite detectar el motivo real de una mirada, también es verdad que siente inmediatamente confianza ante una persona que cree conocer. No deben olvidar que el ata cante puede ser un vecino, un conocido o incluso un amigo del marido. Antes de confiar en alguien, deberá recordar cualquier tipo de dato, mirada o gesto sospechoso que haya observado en el pasado y frente a un encuentro fortuito o dudoso, no debe dudar en ponerse a cubierto. Hay muchas mujeres que lo han pasado muy mal con conocidos, vecinos o incluso con amigos de su marido. Han sufrido y callado el atentado o violación por no crear con flictos o posibles desgracias.
Ante un exhibicionista, una mujer, joven o niña (a estas últimas hay que enseñarlas muy pronto) no debe escanda lizarse y gritar, que es lo que pretende tan desagradable elemento. Debe pasar de largo como si nada extraño suce diera y huir del lugar lo más rápidamente posible. Hacer frente a semejante persona puede crear situaciones des agradables e incluso peligrosas.
Aun a riesgo de ser excesivamente reiterativos volvemos a dar algunos consejos:
— Ir siempre acompañada/o.
— Ir atento por la calle para ver venir cualquier situación de peligro.
— Ante la inminencia del peligro, intentar eludirlo cobi jándose en una vivienda cercana o cogiendo un taxi, etc.
— Nunca se debe dar la espalda a un presunto atacante, suelen atacar por detrás. Cruzar la calle y correr gritando. Gritar ¡fuego! es más efectivo que ¡socorro!
— Como última medida y ante un ataque físico, utilizar la fuerza que en casos desesperados es mucho mayor de lo que suponemos. Gritar, dar patadas, arañar, morder, etc.
— En el caso extremo de que nuestra vida corra peligro, ya que algunos asaltantes van armados, someterse. Pero someterse fríamente, intentando controlar la situación. Viviendo en la ciudad, sobre todo en el centro, si bien hay muchos más malhechores, hay también infinitamente más posibilidades de escapar. En el casco urbano es más fácil ir prevenidos, acompañados, en taxi, etc. En la ciudad, el factor sorpresa no es tan habitual, salvo en calles solitarias o altas horas de la noche. Conviene ser observador y no bajar nunca la guardia. Tanto caminando como en el auto bús o metro, etc., debemos observar si nos siguen. En un recorrido urbano encontrarse dos o tres veces con la misma persona es bastante significativo y sospechoso. Puede ser un admirador, pero conviene dudarlo, coger un taxi y marcharse a casa. Si se observa que continúa con su persecución y le sigue en otro vehículo, no vaya a su casa, haya a la de algún amigo y desde allí, por teléfono, avise a su familia y a la policía, puesto que, si se dirigiera a su casa, daría ventaja al perseguidor que puede esperar allí un momento más oportuno o volver otro día.

Recordemos, de forma esquemática, que el peatón ha de ir siempre:

• acompañado
• atento
• por zonas iluminadas
• por el centro de las aceras, y si son estrechas, por la calzada
• evitando pasar junto a coches aparcados
• evitando callejones y soportales
• evitando atravesar jardines con arboledas y, especial mente, matorrales y arbustos tupidos
• evitando pasos subterráneos, vale la pena caminar un poco más y cruzar por pasos peatonales de superficie
• eludiendo el encuentro con los aparentemente conocidos
• evitando cruzarnos con quien no parezca tener inten ciones claras.

Hay que ir siempre preparado:

• Precaución con las joyas por la noche. Procurar llevar bisutería. A la salida de fiestas, reuniones, espectáculos, etc., conviene quitarse las joyas y guardarlas en un bol sillo o bolso interior.
• Llevar siempre dinero, no demasiado y siempre, cam biado en varios billetes y monedas para dar sensación de que es todo lo que se lleva encima.
• No llevar junto al dinero los documentos y mucho menos las tarjetas de crédito.
• Entregar el dinero siempre con toda rapidez para evi tar nerviosismos.
• No llevar las llaves de casa junto a documentos, dinero o tarjetas. Además de tener nuestras llaves sabrán donde vivimos. Si en un robo o asalto se llevan las llaves, dar parte a la policía y cambiar las cerraduras.
• Si está cerca de una comisaría o ve pasar un coche patrulla, utilícelo.

Si fuera conduciendo su vehículo:

• Procure llevar las puertas cerradas con el seguro y las lunas de las ventanillas delanteras tres o cuatro centí metros bajadas.
• Procure llevar un buen extintor por dos razones: en caso de incendio y como arma.
• En sustitución del extintor, puede llevar un bote grande de laca. Como arma, no como extintor.
• Utilice siempre las calles principales e iluminadas.
• Si no dificulta el tráfico, procure conducir por el eje de la calzada.
• Si en una pasada observa algo extraño, no mire de frente. Mire de reojo o por el retrovisor. Si sospecha que le están siguiendo, procure cerciorarse. En caso afirmativo intente pasar los semáforos justo cuando van a cerrarse, y si tiene que detenerse, hágalo en la primera fila y con la velocidad metida para salir en primer lugar. Si viera que sus seguidores hacen lo mismo, quite la velocidad cuando se abra el semáforo y acelere. Sus seguidores saldrán por delante, entonces meta rápidamente la velocidad y tuerza por la primera calle que encuentre. No se le ocurra ir directamente a su casa, procure ir a otra conocida o a un lugar público. En última instancia a una comisaría de policía. Durante los próximos días procure no ir ni a la misma hora ni por el mismo camino a su casa.
• No caiga en la trampa del vehículo averiado, aunque parezca verdad. No pare y cuando encuentre algún agente de tráfico o una gasolinera comuníqueles la situación para que acudan.
• Cuidado con el truco del accidente. Un coche pegado a un árbol o pretil y con el capot levantado, una persona en el suelo y otra haciendo señas y dando gritos. Es un buen truco, ya que casi todos paramos. Antes de hacerlo tome precauciones:
— Eche los seguros.
— Suba los cristales delanteros dejando en el de la parte del conductor algunos centímetros para poder hablar. Hay quien opina que es mejor abrir el con trario, ya que al hablar por el otro lado tenemos probablemente más defensa.
— Comprobar si hay cristales rotos en el suelo.
— Comprobar si el vehículo que se supone accidentado tiene abolladuras en las partes por donde aparen temente se ha dado el golpe.
— Mirar bien al accidentado tendido en el suelo, pro curando descubrir si hay o no sangre.
fodo esto se hace bastante rápido, sin bajarse, y acercán dose con el coche a escasa velocidad. Si es un truco, nor malmente, al ver sus precauciones, no le dejarán acercarse. Pero sin duda, es muy difícil que le aconsejemos. Puede haber una vida en peligro por lo que debe actuar según le dicte su conciencia o su sentido común.

Riesgos de allanamiento

Veamos ahora el tiempo que ofrecemos a los delincuentes para que entren en nuestro domicilio. En el croquis consideramos una vivienda-tipo chalet donde en cada anillo se refleja el tiempo de permanencia en la casa de cada miembro de la familia.
Anillo exterior (fondo rojo) corresponde al PADRE.
• Sale a trabajar a las 7,30 horas y regresa a las 13,31 horas.
• Descansa hasta las 15,30 horas en que sale de nueve al trabajo y ya no vuelve hasta las 19,30 horas.
Anillo interior (fondo azul) corresponde a la MADI
• Sale de compras a las 10 horas y regresa a las l't horas.
• Sale a gestionar o a visitar a amigas a las 15,30 horas y regresa a las 17,30 horas para recoger a los hijos menores.
• Les da de merendar y a las 18 horas sale con ellos pasear hasta las 19,30 horas.
— Anillo ante-exterior (fondo verde) corresponde al HIJO MAYOR.
• Sale a las 8 horas hacia la universidad y regresa a las 14 horas.
• Sale a las 19 horas a clases particulares y vuelve a casa a las 21 horas.
— Anillo post-interior (fondo amarillo) corresponde a los HIJOS MENORES.
• Salen a las 9,30 horas a los colegios y regresan a las 17,30 horas y meriendan.
• Vuelven a salir a las 18 horas con la madre a dar un paseo y regresan a las 19,30 horas.
Por lo tanto en un día normal, dejamos libre la casa en determinados espacios de tiempo, calificados de la siguiente manera:
ALTO RIESGO: desde las 10 horas hasta las 13 horas. RIESGO ELEVADO: desde las 15,30 horas a las 19,30 horas, pues en este intervalo pueden llegar oportunistas con supuestos encargos del padre o la madre. RIESGO MEDIO: desde las 8 horas hasta las 10 horas en que pueden intentar entrar ofreciendo algo en venta y tener realmente otras intenciones. Robo, violación, etc. Durante estas horas conviene proteger la vivienda con medios físicos e incluso electrónicos.

Zaguanes

En las construcciones actuales suele ser habitual la disposi ción de zaguanes de entrada a edificios y chalets. El zaguán es un espacio intermedio entre el exterior y el interior (calle y portal) del inmueble. En zonas que tienen climas extremos se consideran como una prolongación del portal (en edificios de pisos) o del vestíbulo de entrada en chalets o viviendas unifamiliares adosadas. Aunque suponen una importante protección contra los rigores climatológicos, cara a la seguridad y protección contra la delincuencia, son espacios a tener muy en cuenta por el peligro que encierran.
Conviene desconfiar de los alrededores del zaguán, pues resultan lugares idóneos para que se refugien los asaltan tes callejeros que aprovecharán para cometer el delito cuando alguien entre o salga del edificio. Una recomendación importante sería iluminar potente­mente las zonas oscuras que puedan favorecer los asaltos.
Otra solución más compleja, e incluso menos eficaz, ya que únicamente proporcionaría protección para salir del inmueble, sería la instalación de cámaras ocultas de T.V. con un monitor en el interior. Esto obligaría a su conexión y desconexión cada vez que se fuera a salir del edificio.

Soportales

Son soluciones arquitectónicas que aportan ciertas venta jas a los ciudadanos de a pie, en cuanto a protegerse de los rigores climatológicos, pero al igual que los zaguanes pue den fácilmente cobijar y camuflar a los delincuentes calle jeros.
Una buena solución es instalar una potente iluminación. Aún así, procurar circular lo menos posible por zaguanes y soportales.

Aparcamientos y otros vehículos cercanos a los accesos

No siempre es posible construir aparcamiento en los sóta nos de los edificios y aun así, si el edificio tiene acceso por la calle es imprescindible disponer de zonas de aparca­miento de vehículos en el exterior. Ello constituye otra oportunidad de escondite para los malhechores callejeros, que aguardan agazapados entre los automóviles estaciona dos a la espera de asaltar a quien se vea obligado a pasar entre los coches.
Por todo lo dicho, hay que ser muy precavido a este res­pecto. Conviene evitar, sobre todo por la noche y con poca iluminación, pasar entre los vehículos aparcados, eligiendo aquellas zonas más iluminadas y amplias.

CARACTERISTICAS DE LOS ACCESOS INTERIORES

Portal y vestíbulo interior
Además del aparcamiento subterráneo deberían estudiarse más a fondo otras zonas del interior de los edificios que frecuentemente son escenario de asaltos nocturnos. Nos referimos a los portales y los vestíbulos interiores. Indudablemente, hay que tener cierto arrojo para cometer actos delictivos en espacios cerrados, pero aquellos que han de conseguir dinero, lo tienen y utilizan todo su inge nio para conseguirlo.
Los delincuentes cuentan con varias posibilidades para entrar en un edificio. Podemos haber dejado el portal abierto, pero también utilizan ganzúas y llaves maestras. A veces, se introducen cuando entra algún inquilino deseán dole, incluso, buenas noches. Se esconden en cualquier recoveco o rincón oscuro y allí esperan a que entre o salga su posible víctima.
La distribución de los portales debería ser lo más diáfana posible, permitiendo la mayor y mejor visualización desde cualquier ángulo.
Hay que procurar, además, que las luces de encendido noc turno sean lo más potentes posibles, sobre todo en las zonas menos diáfanas que es donde se puede esconder un malhechor. Procurar que el encendido general se pueda hacer desde la salida del piso.
Al entrar desde la calle encender las luces y esperar algu nos segundos para poder observar si se ha movido algo, una sombra, etc. Ante la más mínima duda, no entrar. Buscar ayuda de la policía o de vigilantes nocturnos.

Situación de los ascensores

Este tema está muy relacionado con el anterior. Existe bastante falta de previsión al proyectar el portal. Sus acce sos deben estar lo más cercanos posible entre sí, y lo más visibles con respecto a:
— zaguán
— portal
— hall interior
— ascensores
— montacargas
— escaleras, etc.
En síntesis, ha de conseguirse:
— saliendo: desde los ascensores y pie de la escalera debe
verse perfectamente el zaguán e incluso la calle.
— entrando: desde la calle, al dar la luz, deben verse bien
todos los espacios hasta llegar a la escalera o el ascensor.
Aun así, se dan casos en que esperando o incluso ya dentro del ascensor aparece el malhechor. Esto se podría evitar. Normalmente a la entrada del portal se encuentran el interruptor de las luces del interior y de la escalera. A su lado deberían instalarse los pulsadores del ascensor, para que se le pudiera llamar justo al entrar en el edificio. De este modo, en el tiempo en que se tarda en cerrar el portal y llegar hasta el ascensor, este nos estaría esperando, con lo cual se evitarían esos minutos que ofrecen tanta inseguridad.

APARATOS ELEVADORES - ASCENSORES

Pasajeros
Hasta que no nos han relatado un hecho concreto no tomamos las debidas precauciones. Conviene, sin embargo, tomarlas antes.
Hay que evitar subir en el ascensor con un desconocido. Si es un delincuente, estamos a su merced La cabina de un ascensor es como una ratonera, no hay posibilidad ni de defenderse ni de salir.
Si al llegar al portal nos encontramos con un desconocido, aunque tenga buen aspecto, es preferible dar una disculpa y no subir con él.
Existen malhechores rápidos y listos, que al entrar en un portal y pasar frente a los buzones del correo se fijan en algún nombre que dan al portero si les pregunta y de este modo les deja subir.

Visibilidad en las puertas de las cabinas de los ascensores

Las puertas de las cabinas de los ascensores y las de las plantas o pisos suelen ser muy decorativas, con buenos acabados, buenos materiales, pero casi siempre son opacas, cuando deberían estar dotadas de vidrios transparentes. Hay algunas que como parte de la decoración están dota das de vidrios traslúcidos que, desde luego, no sirven mas que para causar heridas en caso de rotura. No encarece los costos apenas el instalar en las puertas, lunas laminadas antigolpe, es decir, dos láminas de vidrio de 4 a 6 mm. con una capa intermedia de Butyral. Estas lunas ofrecen gran seguridad ante una rotura y también frente a los posibles delincuentes ya que permiten ver a través de ellas sin necesidad de abrirse. Muchas personas han sufrido asaltos sorpresa justo al salir del ascensor, en el portal o en el descansillo de las escaleras, debido precisamente a la falta de visibilidad.

PUNTOS DEBILES Y FACILES PARA EL LADRON O INTRUSO


Es casi increíble, pero es cierto, que los ladrones o violado res reciben, por descuido, la colaboración de sus propias víctimas. Casi nadie piensa que lo que le ha ocurrido a otra persona le pueda suceder también.
Efectivamente se cometen multitud de imprudencias con excesiva alegría y tranquilidad. Veamos algunas de las más frecuentes:
— Dejar las puertas abiertas, porque la gestión con los vecinos va a ser rápida.
— Ante un visitante que nos ofrece o solicita algo, deja mos la puerta abierta o, como mucho entornada.
— Abrir la puerta sin saber quién ha llamado. Ni siquiera se mira por las mirillas instaladas al efecto.
— Al salir a un recado dejar la puerta cerrada simple mente con el resbalón, sin echar la llave.
— Y otros muchos descuidos.

Puertas de entrada (principal y de servicio)

Aunque no debería ser así, las viviendas se construyen con materiales más aparentes que eficaces y consistentes, lo cual también ofrece ciertas facilidades a los malhechores. Las puertas de entrada suelen ser huecas y por lo tanto bastante frágiles. Las puertas de cuarterones son todavía más frágiles ya que los tableros que van dentro del arma zón son simples contrachapados.
Hay constructores que consideran que la puerta de servicio es menos importante que la principal y por lo tanto las colocan huecas, que son más baratas. Olvidan que los ladrones entran por donde les resulta más fácil. Los herrajes de las puertas tienen mucha importancia. Hay que cuidar tanto su cantidad como su calidad. Normal mente se instalan preferentemente los más decorativos, cuando deberían colocarse los más robustos y consistentes. También tiene mucha importancia la cerradura. Las hay extremadamente vulnerables por su defectuosa fabricación y baja calidad, pero hay cerraduras de alta calidad y tecno logía. Por desgracia hay tantos tipos de cerraduras como métodos para violarlas.
Más adelante, en el apartado Protección física, tratare mos a fondo el tema de puertas, herrajes y cerraduras.

Escaleras y huecos de las mismas

No solamente están construidas con materiales a veces francamente defectuosos, sino que la escalera tiene con demasiada frecuencia ventanas a patios y casi siempre cerca de estas ventanas están los tendederos. En el apartado Protección física trataremos de los siste mas y medios apropiados para proteger estas zonas.

VIVIENDAS Y VECINOS COLINDANTES O MEDIANEROS

Habitualmente no nos preocupamos de saber quién vive en los pisos o apartamentos de ambos lados o incluso de arriba y abajo. Aunque quizás el saberlo no nos solucione nada, a la hora de adquirir una vivienda deberíamos ente rarnos.
Pueden ser gente non grata y por lo tanto deberemos tomar las oportunas precauciones.
Lo más habitual es que sean personas más o menos de nuestro nivel, tanto profesional como humano. En este caso deberemos ponernos lo antes posible a su disposición, para ayudarnos mutuamente en caso de necesidad.
Nos hemos referido en varias ocasiones a los sistemas y medios de protección disuasorios que son altamente efica ces, sobre todo, en viviendas tipo chalet, aisladas, y que serán relativos en casos de viviendas colateralmente uni das. Las razones de esta relatividad son sencillas. Supon gamos que nuestro vecino tiene instalados suficientes medios físicos y/o electrónicos de protección. Lógica mente, si el ladrón no va específicamente a esa vivienda, al encontrarse con problemas inesperados, abandonará y se dirigirá a la más próxima y menos protegida, que puede ser la nuestra. El caso puede darse al revés, que nosotros estemos mejor protegidos que nuestro vecino con lo cual será a él a quien atraquen.
Esto significa que los buenos vecinos, deberán estudiar y establecer estrategias conjuntas, para asegurar sus vivien das con niveles similares de protección. En el caso de que sea nuestra vivienda la que está fuerte mente protegida de acuerdo con los valores que guarda mos, si nuestro vecino colateral no la tiene igualmente protegida, y su vivienda es un caso fácil y rápido, en un fin de semana cualquiera en el que ambos estén fuera, pueden entrar los ladrones en ella y perforando o rompiendo un muro cualquiera (no suelen ser más que tabiques norma les) pasarán a nuestra vivienda.
Robarán en las dos lo que quieran o puedan cargar y se marcharán tranquilamente por la casa de nuestro vecino como si nada. A nuestro regreso, y con los sistemas de protección intactos nos llevaremos la desagradable sor presa de que nos han desvalijado.

ESTUDIO DE LA DISTRIBUCION DE LAS HABITACIONES

Vamos a ocuparnos ahora de la distribución racional del espacio de una vivienda, aunque sea realmente competen cia de los arquitectos.
Hasta ahora, aunque quizás sea lógico, los problemas de ingeniería no han inquietado demasiado a los arquitectos. La ingeniería de las instalaciones se adaptaba a las exigen cias de la arquitectura. Hoy día, las exigencias de confort y de seguridad crean una mayor relación entre ambas espe cialidades, de tal manera que unas veces cederá terreno la arquitectura y otras la ingeniería.
Consideraremos la distribución de una vivienda buena, con espacio suficiente para una familia de clase media alta compuesta por cinco miembros más el servicio. La superfi cie construida puede ser de unos 230/240 m2. Esta distribución será:
— Vestíbulo de entrada con aseo para los invitados.
— Salón - Comedor.
— Cocina - Oficio - Lavadero - Entrada de servicio.
— Aseo y dormitorio de servicio.
— Pasillo distribuidor de dormitorios y baños.
— Dormitorio para el matrimonio con vestidor y baño incorporados.
— Tres dormitorios individuales.
— Un baño completo.
— Terraza.
— Terraza - Tendedero orientada a patio interior.
Su distribución sería: Entrando por la puerta principal se accede directamente a un vestíbulo en el que encontrare mos el aseo para invitados.
A la derecha del vestíbulo, el salón-comedor, a través del cual se saldrá a la terraza.
A la izquierda del vestíbulo se encontrará la zona de servi cio donde estará la otra puerta de entrada a la vivienda. De la cocina se accederá al dormitorio y aseo de servicio. Al frente del vestíbulo de entrada, encontraremos el pasi llo distribuidor de dormitorios. A la izquierda del pasillo el dormitorio del matrimonio, con su baño y vestidor, y a la derecha el otro baño común, y dos dormitorios, individua les, al frente otro dormitorio.

PROTECCION FISICA

Nos hemos ocupado principalmente de la seguridad frente a malhechores (robos, atracos, asaltos). No hemos olvi dado el riesgo de incendios que trataremos más adelante. Como se desprende de todo lo mencionado, la protección física de una vivienda consiste en, una vez analizadas las condiciones de la misma y conocidos los riesgos que debe mos cubrir, definir los medios físicos a instalar para obsta culizar de un modo eficaz la labor del delincuente. En el apartado del capítulo anterior, Puntos débiles y fáciles para el ladrón o intruso, fijábamos la atención en las puertas de entrada que consideramos los puntos más débiles, pero no hay que olvidar, sin embargo, que los ladrones están preparados para ir resolviendo, paso a paso, los obstáculos que les van surgiendo. De forma que si el acceso que presumían fácil se complica, lo intentarán por otro lugar.
Analicemos pues, en su totalidad, todos los posibles puntos por los que un malhechor se puede introducir en una vivienda.
Para nuestras explicaciones nos basaremos en una hipoté tica vivienda situada en un bloque de pisos que es la más generalizada en una ciudad y dejaremos los casos de vivienda unifamiliar adosada, chalet, y otras casas aisladas (rústicas, por ejemplo), ya que no es fácil tipificarlas. Cada una es un caso aislado y presenta problemas específicos. Aun así, estimamos que con las observaciones y los conse jos que vamos a dar, aquel lector que posea un chalet u otra vivienda de este tipo, quedará, digamos, concienciado y elementalmente informado para decidir qué hacer en su caso concreto.
Por otro lado no olvidemos que las viviendas situadas en las plantas bajas (nivel de la calle, plantas 1.a y 2.a) no están expuestas a los mismos riesgos que las de niveles superiores, como también están en distintas condiciones las viviendas situadas en unos barrios u otros, e inclusive dentro del mismo barrio, en una u otra calle. Por ello nos basaremos, repetimos, en una vivienda tipo, situada en una planta alta de un edificio cuyas únicas posi bilidades de acceso desde el exterior sean: el portal y el zaguán; los ascensores, y las escaleras.
Desarrollaremos el estudio de la protección física de la vivienda.
Una vez que el malhechor ha llegado al exterior de la vivienda tiene cuatro accesos a la misma. ¿Cuál elegirá?
1. La puerta de servicio (mal conceptuada por los técnicos de la construcción por lo que es más sencilla y económica y por lo tanto más vulnerable).
2. La puerta principal, que normalmente al dar al vestíbulo del ascensor proporciona gran ventaja al delin cuente ya que no suele haber vigilancia en estos des cansillos, sobre todo si únicamente da a él una vivienda, como en nuestra hipótesis.
3. Las ventanas o ventanales que dan a terrazas o tendederos interiores desde las escaleras.
4. Patios u otros huecos.
Podrá utilizar también otros accesos que puedan resultarle más sencillos. Nos referimos a las situaciones descritas en el apartado sobre Viviendas y vecinos colindantes o medianeros de cuyo problema volveremos a ocuparnos de forma más extensa al tratar la protección electrónica que es el medio o sistema más viable y eficaz para ese caso.

Puertas de entrada

Repetiremos, y perdón por la insistencia, pero es impor tante, que a nuestro entender tienen igual importancia las dos puertas de acceso a la vivienda.
Es raro, por no decir excepcional, que las casas tengan puertas lo suficientemente sólidas y consistentes y que reúnan por lo tanto las características de solidez, estabili dad, durabilidad y coherencia entre todos los componentes de la masa que forma la puerta.
Lamentablemente pocas de las puertas estándar que se colocan cumplen estas cuatro condiciones. Habría que hacerlas especialmente y aún así tendríamos que contem plar no solamente la puerta, sino también: el cerco, el contracerco y la unión rígida de ambos; los herrajes de cierre y cuelge; el muro (no un tabique normal) en el que debe recibirse el cerco y/o el contracerco. Existen dos alternativas para dotar a las puertas de un adecuado nivel de seguridad:
1. a Al comprobar que las puertas de acceso a nuestra vivienda no son lo suficientemente consistentes, hacer las obras necesarias para que lo sean.
— Encargar una puerta de una sola hoja maciza, con tableros estables (aglomerados de madera) e interca lando una chapa de acero de dos milímetros de espesor. El armazón o bastidor debe ser de tubo de acero esti rado.
— Podemos también montar una puerta de acero, cha pada con maderas nobles que existen en el mercado.
— El cerco debe ser de acero postformado o plegado de 3 milímetros de espesor y con fuertes patillas espernadas de anclaje. En el mercado existen estos cercos que luego pueden ser recubiertos o forrados con contrachapados de maderas nobles como la puerta.
— El tabique que va a recibir la puerta es conveniente que tenga 1/2 pie de ladrillo macizo armado con varillas de acero y «sentado» con mortero de cemento. A este tabique, convertido de esta manera en muro, se anclará, bien recibido, el cerco de acero de la puerta.
— Los herrajes de cuelgue, las cerraduras, las mirillas de gran angular, los cerrojillos de seguridad, etc., hay que confiarlos a una empresa especializada.
2. a Cambiar únicamente las puertas colocando las que se encuentran en el mercado, dotándolas de una buena cerradura y confiar en los sistemas de protección electrónica de los que trataremos más adelante.
Antes de finalizar este apartado añadiremos, que se cuida mucho el aspecto externo y la decoración de la puerta, lo que obliga a elegir cerradura de seguridad (más o menos eficaces) de fijación interna, es decir, embutidas en la puerta. Esto la debilita, y le hace perder solidez y coheren cia. Salvo en las puertas con armazón de tubo de acero o totalmente de acero, en nuestra opinión, las cerraduras de seguridad deben ser superficiales e ir adosadas al interior de la puerta, con refuerzo de chapa de acero y con un mínimo de tres puntos de anclaje.

Ventanas, ventanales, terrazas, tendederos, patios y otros huecos interiores

Supongamos que, con lo expuesto hasta el momento, hemos conseguido dificultar (o incluso impedir) la entrada del delincuente o ladrón por las puertas. Con ello únicamente habremos salvaguardado el frente, pero no la retaguardia.
Es frecuente, incluso normal, no pensar en estas otras zonas, pero si el ladrón no puede entrar por las puertas, lo intentará por otros accesos que, a veces, no le son tan difíciles.
Puede hacerlo por la fachada, pero si la vivienda está sufi cientemente alta tendrá que hacerlo a través del balcón o terraza de otra vivienda. Esto no es demasiado fácil salvo si las terrazas o balcones están prácticamente unidos. En este caso, y como quiera que las conexiones a las terrazas desde el interior de las viviendas son puertas diáfanas, ventanales corridos o simples ventanas, las posibles solu ciones son:
— Instalar rejas o cancelas, cuya fabricación ofrezca auténticas garantías, pues hay rejas que aunque parecen muy sólidas no lo son tanto.
— Cambiar la carpintería de los huecos que dan a las terrazas, con objeto de instalar vidrios de seguridad I formados por:
• dos lunas de 6 mm. de espesor, con una interlaminación de Buíyraly o
• tres lunas; una de 4 mm., otra de 6 mm. y la tercera de otros 4 mm., con dos interlaminaciones de Butyral.
No hay que olvidar la sustitución de los sistemas de cierre y de cuelgue si son ventanas o puertas batientes. Si son correderas hay que tener muy en cuenta que se pueden levantar y quitar o separar del carril inferior. Esto lo saben todos los ladrones. Conviene, por lo tanto, en estas últi mas, instalar buenos cerrojos de pasador en los laterales interiores para impedir que, desde el exterior, se levanten las hojas.
Al encontrar tanto las puertas como las ventanas de las terrazas difíciles de violar, lo probable es que el ladrón intente pasar por la zona de servicio. Casi todas las escaleras de los edificios de viviendas dan a patios interiores y tienen huecos que les aportan luz y ventilación. Normalmente y de acuerdo con nuestra tesis, las terrazas y tendederos suelen estar cerca de estos huecos de la escalera y el acceso no es excesi vamente complicado para los malhechores. Lo ideal sería que, en los huecos de las escaleras, las partes practicables para ventilación estuvieran en la parte más alta y, que como mucho tuvieran 20 cm. de alto. De esta manera, aunque pudiera pasar un cuerpo humano, sería complicado que el intruso encontrase puntos de apoyo que le permitieran dar el salto hasta el tendedero. Aun así, las ventanas y/o puertas de la vivienda que den al tendedero, deberán protegerse de igual manera que las que dan a las terrazas exteriores.
No creemos necesario dar una información exhaustiva sobre cerraduras o cerrojos de seguridad, pestillos, fallebas, goznes, etc. Cualquier cerrajero que sea un buen profesio nal puede aconsejar lo más adecuado en cada caso. A título de curiosidad, sí consideramos interesante para el lector, exponer cómo y en qué consisten los tipos de cerraduras más habituales.
Cerradura de bombillo o de cilindro y tambor. En algu nos sitios es conocida como cerradura Yale debido a su inventor, Linus Yale. Es la cerradura más corriente. Sus mecanismos de cierre obedecen, por medio de levas o bulones, al giro del tambor. El «bombillo», está formado por dos cuerpos: tambor y cilindro, siendo el primero el que, al girar, mueve el pestillo de la cerradura; al introdu cir la tija de la llave en el cilindro, irá levantando los bulones hasta que coincidan sus divisiones con la separa ción entre el cilindro y el tambor, permitiendo de esta manera el giro. Aunque todo tiene importancia, es el bom billo el que estudia y maneja el ladrón. Hay varios tipos de bombillos, dependientes de la llave de sierra con una o varias filas de tijas receptoras de los bulones o pistones. Cerradura de borja. De esta cerradura pueden distinguirse dos tipos:
— de pala, doble o simple, que es el más habitual en el mercado, y
— del tipo inglés Brahmah, que es de los más antiguos.
Se distinguen principalmente en que en la primera, la llave está formada por una pala a cada lado del vastago central. Dichas palas llevan unas muescas que permiten el paso de las levas o borjas de combinación que a su vez están controladas por resortes o muelles a presión, que hacen que el «fiador» consiga alinearse con la espiga de bloqueo permitiendo al girar la llave, sacar o meter el pestillo.
La llave de la cerradura tipo Brahmah está formada por un cilindro con un «guiador» que lleva en su extremo unas muescas o guardas, que al coincidir con las levas o borjas, permiten que la llave pueda girar y accionar el pestillo.

PROTECCION ELECTRONICA

La evolución social en casi todos los países ha traído como consecuencia la desaparición de los porteros en los edifi cios de viviendas.
Hasta hace pocos años disfrutábamos de la eficacia de este abnegado trabajador, discreto y servicial, que siempre estaba pendiente de cualquier eventualidad que pudiera surgir en la finca, y que acudía a cualquier hora a solucio narlo. Si además poseía condiciones y habilidades persona les, se convertía en una persona insustituible para el buen funcionamiento del edificio.
De unos años a esta parte, la reestructuración de las jorna das laborales creó el problema de seguridad y control de acceso a los edificios a determinadas horas del día. Al terminar el portero su jornada laboral, cierra el portal y por lo tanto los vecinos y los posibles visitantes, ante la desaparición de los serenos, no podían acceder a las casas si no tenían llave. La colocación de porteros automáticos vino a solucionar el problema.

Porteros automáticos

Sin apertura automática a distancia, compuestos por:
— Intercomunicadores (microteléfonos o altavoces).
— Señalización acústica de la llamada.
— Central de llamada desde el exterior del portal con panel de pulsadores para llamar a cada vivienda, seña lización luminosa, señalización de cada vivienda y microaltavoz de comunicación.
— Fuente de alimentación, por tensión de red y por bate rías de emergencia, para cubrir fallos o cortes de tensión.
— Cableados y conductos.
Con apertura automática a distancia, sistema igual al anterior, pero con:
— Cerradura electrónica en la puerta (en una de ellas si hay varias) que consiste en un «cierre de uña» que se abre por medio de un sistema de campo electromagné tico que se crea al actuar desde la vivienda sobre un pulsador. Si se deja de pulsar se interrumpe el campo magnético y la puerta, empujada por un muelle de brazo articulado, se cerrará sola.
— Pulsadores para activar la cerradura, bloqueo por resba lón de uña, y poder abrir.
El sistema es válido, resuelve el problema y en general, con eficacia.
Nos hemos ocupado de esta instalación, por ser un sistema elemental de control de acceso, pero que, sin una gran eficacia funcional, no resulta, a nuestro entender, dema siado segura.
En poco tiempo se convierte exclusivamente en un mero sistema de abrir a cualquiera, al «primero que llame». Hemos realizado la prueba en cantidad de edificios, de diversas zonas, barrios y de variados niveles económicos y sociales. Siempre, ante frases absolutamente convenciona les, abren sin conocer a quien llama.
— «¿Por favor, me abre que no funciona el pulsador de los señores de Tal?».
— «¡Abrid, que soy y oh.
— «¿Esta su hijo?, soy un compañero».
— etc., etc.
Por otro lado hemos observado también que las centrales de llamada del exterior indican frecuentemente el nombre de las personas que habitan el inmueble. Este es un hecho que ofrece una importante información al delincuente.

Videoteléfonos

Es el sistema, que creemos mejor, resuelve los problemas
indicados en el apartado anterior.
El concepto es sencillo, basta con instalar:
— Una cámara de televisión más o menos oculta, que enfoque el lugar desde el que se realiza la llamada en la central exterior.
—Un monitor de televisión, en cada vivienda, el cual tiene incorporado el microteléfono, de forma que al recibir la llamada se pueda conectar el sistema de T.V. y además de hablar con quien llama nos permita ver perfectamente su imagen y por tanto abrir o no según creamos conveniente. Hasta hace poco tiempo había que instalar también un proyector de luz para aportar la suficiente iluminación a la cámara. Esto, hoy día, ya no es necesario. Existen cámaras perfectamente capaces de filmar en la más completa oscu ridad. Por otro lado, nos remitimos a los apartados Zaguanes y Soportales para recordar la importancia de la iluminación exterior. Hay sistemas que se conectan al televisor normal, cosa que no aconsejamos a pesar de que supone una menor inver sión económica y un mayor campo de visión. El principal inconveniente es que cuando se estropee el televisor no contaremos con visualización. En cambio, si eso le sucede al monitor del sistema autónomo, como lógi camente se dispondrá de un contrato de asistencia técnica, el técnico que realice la reparación colocará uno de los monitores de repuesto que se habrán adquirido, mientras arregla el averiado, posiblemente en el taller. También puede suceder, por ejemplo, que alguno de los vecinos no tenga televisor. Cuando se produce una llamada hay que aproximarse al aparato para conectarlo o bien si se está viendo un determinado programa, habrá que inte­rrumpirlo.

Sistemas de alarma electrónica en el hogar contra el intrusismo y el robo

Antes de entrar en detalle de cómo y en qué medida debe mos proteger nuestra vivienda por medios electrónicos, consideramos importante releer los apartados Vecindario y Viviendas y vecinos colindantes o medianeros . Con ello recordaremos que hay riesgos que no se pueden cubrir físicamente salvo realizando compli cadísimas obras que exigen una muy elevada inversión. Son precisamente estos riesgos los que sí podemos cubrir con sistemas electrónicos, que siempre nos permitirán detectar la presencia del malhechor con la suficiente ante lación a su encuentro con los sistemas de protección físi cos.
Hemos de prepararnos y ser conscientes de que los malhe chores dedican más tiempo a estudiar la manera de entrar en una vivienda que nosotros en protegerla. Cada vez se instalan equipos más seguros y sofisticados y, sin embargo, la delincuencia, el allanamiento de morada, el robo o atraco domiciliario, aumentan. Hemos de valorar, por lo tanto, los riesgos y todo aquello que deseemos proteger, y estudiar con profesionales y téc nicos en la materia, las medidas adecuadas a adoptar. Ya hemos tratado las medidas de protección físicas y dependiendo del contenido y condiciones de nuestra vivienda, estudiaremos las electrónicas. Volvamos a la hipotética distribución de la vivienda tipo que hemos establecido anteriormente. Ya dijimos, y vol vemos a decir, que no son suficientes las medidas de pro tección física instaladas en nuestra vivienda si el vecino colateral, no dispone de las mismas o similares. Los ladro nes entrarán por su vivienda y haciendo un boquete en el muro (tabique) medianero, entrarán en la nuestra.